Falsos mitos
La esquistosomiasis no es una enfermedad importante en los viajeros a África.5,6,7
Enfermedad producida por parásitos (gusanos) del género Schistosoma, también conocida como bilharziosis. Se adquiere tras la penetración cutánea de las larvas microscópicas presentes en el agua dulce, al bañarse, al vadear un rio, al hacer deportes acuáticos, en cruceros fluviales, etc.
Enfermedad producida por parásitos (gusanos) del género Schistosoma, también conocida como bilharziosis. Se adquiere tras la penetración cutánea de las larvas microscópicas presentes en el agua dulce, al bañarse, al vadear un rio, al hacer deportes acuáticos, en cruceros fluviales, etc.
Es una enfermedad muy frecuente en África (hasta el 50% de la población local puede estar infectada en algunas zonas hiperendémicas). En los viajeros es también una enfermedad frecuente relacionada con actividades acuáticas en ciertas zonas del África subsahariana, principalmente en la región de Banfora (Burkina Faso), país Dogón (Mali), lago Malawi, Lago Tanganika, Lago Victoria, rio Omo (Etiopia), río Zambeze y río Nilo.
La esquistosomiasis aguda puede ser una enfermedad muy grave en los viajeros. A diferencia de los habitantes locales expuestos desde la infancia, los turistas que se exponen por primera vez pueden desarrollar un cuadro de fiebre, mialgias, síntomas respiratorios, etc. a las 2-12 semanas tras la infección.
No hay vacunas ni quimioprofilaxis. Una práctica extendida entre ciertos viajeros “expertos” es la de tomar praziquantel después de bañarse. Este antiparasitario es solo eficaz en las formas adultas del parásito y por tanto ineficaz al inicio del ciclo tras la infección. Los repelentes que contienen DEET bloquean en cierta medida la penetración cutánea de las larvas, pero por un tiempo muy corto.
Las fuentes del Nilo Azul fueron descubiertas por un explorador escocés en 17708,9
El Nilo es el mayor río de África, con una longitud de 6853 km, que fluye en dirección norte a través de diez países hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo, formando el gran delta del Nilo. Consta de dos brazos que se unen en Jartum (Sudán): el Nilo Blanco que nace en el lago Victoria y el Nilo Azul que nace en el lago Tana, en Etiopía.
Aunque más corto que el Nilo Blanco, el Nilo Azul contribuye con más de la mitad del caudal del Nilo a lo largo del año, llegando a ser del 70-80% del caudal total en la época de lluvias. El Nilo Azul se llama así porque las inundaciones durante el verano erosionan una gran cantidad de suelo fértil de las tierras altas de Etiopía y lo llevan hacia el destino como limo, convirtiendo el agua de color marrón oscuro o casi negro. Aunque hay varias corrientes de alimentación que desembocan en el lago Tana, la “sagrada fuente del río” se considera generalmente que es una pequeña primavera en Gish Abay situado a una altitud de 2.744 metros. La salida del lago Tana fluye entonces unos 30 Km antes de caer sobre las Cataratas del Nilo Azul.
El Nilo Azul contribuye a la fertilidad del valle del Nilo y al florecimiento del antiguo Egipto y de la mitología egipcia. El descubrimiento de las fuentes del Nilo fue durante siglos una obsesión en la que fracasaron multitud de expediciones.
Durante muchos años fue atribuido falsamente al explorador escocés James Bruce. Cuando su expedición llegó a los manantiales en Gish en 1970, James Bruce llenó con sus aguas una cáscara de coco y brindó por "su majestad el rey Jorge III" proclamándose el descubridor de su fuente.
Pero el verdadero descubridor de las fuentes del Nilo Azul fue un español, el jesuita misionero Pedro Páez, siendo el primer europeo en llegar al lugar en 1618. Él describió el hallazgo en sus dos volúmenes de la “Historia da Etiopía”.
Otro misionero jesuita, pero portugués, Jerónimo Lobo, que tomó parte en los esfuerzos infructuosos para convertir Etiopía al catolicismo romano hasta la expulsión de los jesuitas en 1643, escribió posteriormente “Itinerario” un relato de su tiempo en Etiopía, donde describe que llegó a las fuentes del Nilo en 1629.
Bruce, sin embargo, disputó durante toda su vida el descubrimiento, argumentando que el pasaje pertinente en las memorias de Páez había sido fabricado por Athanasius Kircher, un erudito jesuita y desacreditando los escritos de Pedro Lobo. Investigaciones posteriores han confirmado que el primer europeo descubridor de las fuentes del Nilo Azul fue el cura Páez.
Por primera vez, en 2004, se navegó al completo el Nilo Azul, hecho relatado en la película “El Misterio del Nilo” y en el libro del mismo título.
Las fuentes del Nilo Blanco fueron descubiertas 340 años más tarde, en 1958 durante una polémica y fascinante aventura protagonizada por los británicos Richard Burton y John Speke. Tras separarse después de ocho meses juntos, John Speke identificó el Lago Victoria como el origen del río, mientras que Richard Burton aseguró que el río nacía en el Lago Tanganika. Otra exploración posterior dio la razón a John Speke, a quién se le atribuyó en solitario la gloria del descubrimiento.
El descubrimiento de las fuentes del Nilo ha estado sujeto a controversias y a agrias disputas, y no es de extrañar, ya que está considerado como uno de los hitos más relevantes de la historia de la exploración.